Mi
reto de 21 días
¿Alguna vez se han sentido tan aburridos
que deciden retarse a sí mismos?
Yo sí, por eso me reté durante los primeros
21 días de mis vacaciones de medio año. Para quitarme el aburrimiento y variar
mi rutina diaria.
Este texto sintetiza la experiencia del
reto de 21 días al que me sometí, los logros, las limitaciones y los
aprendizajes que encontré en el proceso. De esta manera les invito a continuar
leyendo esta crónica de lo que sucedió durante ese corto periodo de tres semanas.
El reto era algo bastante sencillo, en
apariencia, cumplir 21 reglas durante 21 días. Pero en realidad no fue nada
fácil pues las 21 reglas que me propuse a cumplir eran un conglomerado de
reglas que encontré en retos del mismo estilo y otras totalmente
inventadas para llenar el listado.
Algunas de las reglas fueron: hacer
actividad física (ejercicio) todos los días, no consumir alcohol u otras
sustancias fuera de la cafeína del café, leer todos los días, reducir mi uso de
redes sociales a solo 25 minutos diarios, tomar una foto todos los días y hacer
una actividad diferente cada día.
En tanto a los logros
Foto de primer día del reto |
Como mencioné con anterioridad, realmente
el reto no fue tan fácil como pensé que podría ser, pese a esto hubo varias de
las reglas que logré cumplir con bastante consistencia.
Las reglas que cumplí casi todos los días fueron: hacer actividad física, consumir ensalada en el almuerzo y la cena, tomar dos litros de agua al día, no consumir alcohol u otras sustancias fuera de la cafeína del café y hacer cinco tiempos de comida al día.
Las reglas que cumplí casi todos los días fueron: hacer actividad física, consumir ensalada en el almuerzo y la cena, tomar dos litros de agua al día, no consumir alcohol u otras sustancias fuera de la cafeína del café y hacer cinco tiempos de comida al día.
Como se puede notar las reglas ligadas a
hábitos saludables fueron las más sencillas de cumplir, en cambio aquellas más
cercanas a la productividad como leer todos los días, reducir el uso de redes
sociales, tomar fotos e intentar actividades nuevas fueron un poco más
difíciles de cumplir.
Siguiendo esta línea, voy a compartir unas
cuantas fotografías que logré tomar durante el reto, con el fin de ilustrar un
poco sobre este ejercicio de crecimiento personal.
Sobre las limitaciones
Las reglas en sí mismas, al no estar tan
bien definidas se volvieron “una obligación” el lugar de guías para el
desarrollo del ejercicio. Por ejemplo una de las reglas no mencionadas hasta el
momento fue escuchar un artista musical nuevo cada día, de ese modo en teoría
ampliaría mi bagaje en tanto a música y quizá encontraría artistas nuevos que
me agradaran; pero en lugar de eso, se sentía como algo obligado y poco
orgánico, así que terminé sin dedicarle tiempo al cumplimiento de esa regla.
Mi escritorio, lugar donde escribo y edito mis trabajos |
Aprendizajes logrados durante este reto
Agrupar las reglas por categorías, por
ejemplo salud, hábitos de productividad y demás, permite tener un panorama claro y enfocado en algún área que se quiera mejorar o variar.
Tratar de concebir reglas que “no sean
extraordinarias”, o sea, que se adapten a la cotidianidad para que no sientan
como algo forzado y su incorporación a la rutina diaria sea más orgánica y
permita darse más espacio para cumplirlas.
Palabras finales
Considero, desde mi experiencia personal,
que retarse a sí mismo es un buen ejercicio para probar las capacidades y
limitaciones que poseemos. De ese modo podemos enfocarnos en cosas realmente
importantes y darnos el chance de explorar panoramas que no visitaríamos a
menos que sintiésemos el impulso competitivo que brinda un reto.
Jardín del Tribunal Supremo de Elecciones, esta foto la tomé un día que estaba caminando por San José |
Personalmente voy a someterme nuevamente a
otro reto de 21 días, ahora aplicando los aprendizajes que encontré durante
este primer intento. Igualmente realizaré una entrada en el blog detallando lo
que suceda durante el futuro reto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario