Hoy escribo por primera vez desde abril de 2016, en los últimos nueve meses he pasado por muchísimos cambios; tanto profesionales como personales y es por esto que me siento listo para escribir de nuevo.
El título de este texto refleja el sentimiento más
prominente de los últimos meses, el hastío, el cansancio y la derrota. En estos
meses he experimentado ataques de pánico constantes, estrés y síntomas en mi
cuerpo que no son propios de un tipo de 22 años, he padecido de insomnio,
gastritis, contracturas musculares y falta de deseo por hacer las cosas.
Durante el último año me enfrenté a una realidad muy grande,
ya voy a dejar la universidad; estoy saliendo del lugar que ha sido mi segunda
casa durante cinco años, y ahora me enfrento no con profesores y exámenes, me
enfrento con mí mismo, con mis ganas de trabajar y con mis ganas de ser mejor.
Durante el 2015 y 2016 me esmeré por sacar buenas notas, por tener beca de
honor y por demostrar en ensayo tras ensayo que soy una persona crítica y empunchada;
pero en el camino me alejé de cosas importantes, deje de cuidarme, deje de
sentirme tranquilo y deje de hacer las cosas que me gustan (como escribir).
Desde finales de octubre del año pasado me he puesto a trabajar
para poner las cosas en orden, para volver a cuidarme, para volver a hacer las
cosas que me gustan y para disfrutar de mi vida, parafraseando un poco las
palabras del doctor Luis Oblitas en el VIII Congreso Nacional de Psicología y
Congreso Internacional, nos enseñamos a descuidarnos los primeros cuarenta años
de nuestras vidas y gastamos los otros cuarenta revirtiendo los daños de los
primeros años mal gastados.
Siguiendo estas palabras, durante este año pretendo volver a
retomar lo que me gusta y eso implica escribir más, por acá y en 89 Decibeles
donde escribo sobre comics; pretendo superar ese hastío paralizante por medio
del trabajo, no excesivo, no auto exigente, sino sano y lleno de positivismo.
Prometo escribir no para los demás, sino para mí mismo y si
ustedes gustan leer, comentar y compartir este contenido, bienvenido sea su
aporte y su apoyo.
Así, con ganas de trabajar me despido, para acomodar ideas
que tengo en la cabeza y poder dejarlas listas para seguir escribiendo lo antes
posible.
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